Todos los días, cada uno de nosotros pasamos por estados alterados de consciencia.

Cuando estoy muy atento y concentrado en algo, estoy en un estado alterado de consciencia.

Por ejemplo, cuando leo y me aíslo de todo, imaginando lo que leo, cuando como algo muy sabroso para mí y me concentro en eso, también estoy en un estado alterado de consciencia.

Estos son simples ejemplos de los muchos y variados momentos en los cuales, día tras día, entramos en estados alterados de consciencia sin darnos cuenta, en lo más mínimo, de que lo hacemos.

La hipnosis es la utilización de una forma más metódica para inducir y amplificar esos estados alterados de conciencia que producimos rutinariamente.

La hipnoterapia es la utilización de la hipnosis, así como de otros métodos y técnicas terapéuticas, con el fin de ayudar a la persona en la resolución de sus conflictos internos, y en la reconstrucción de un equilibrio interior en vista de un mayor desarrollo de sus capacidades.

Mucho de lo que hacemos todos los días no lo hacemos conscientemente, por ejemplo, manejar, caminar, hablar, etc.; nuestros pensamientos no los producimos nosotros como consciencia, ni nuestros recuerdos.

Pero es tan natural esta condición que no nos damos cuenta y creemos que nosotros, como consciencia, somos quienes damos órdenes, vemos, organizamos los pensamientos y muchas otras cosas más.

Vivimos una ilusión.

De ahí se hace importante el trabajo con diferentes técnicas de hipnosis, promoviendo la eliminación del síntoma, solo cuando eso sea necesario; pero también trabajando con otros niveles inconscientes de la personalidad, las creencias negativas, los traumas del pasado, los autoconceptos negativos o situaciones de somatización más los intentos equivocados de nuestro inconsciente de solucionar problemáticas como mejor puede.